A nadie nos gusta que nos critiquen porque suponemos que cometimos un error que debemos corregir, pero con paciencia podemos lograr asumir las críticas y sacarles el mejor provecho. Obviamente si la crítica la hace una persona que no sabe hacerlas, que con gesto exagerado y palabras descompuestas quiere hacer prevalecer su punto de vista, es muy difícil manejar la situacion; lo mas inteligente, en estos casos, es no contestar y no bajar jamas a este nivel de dimes y diretes y solo contestar hablaremos luego. Esto no quiere decir que para encajar hay que aceptar insultos o menosprecios u ofensas que alteren la autoestima,jamas involucrarnos como algo presonal que todo nos afecta. Por otro lado, si la crítica es constructiva, lo primero que tenemons que pensar es que la persona que la está haciendo tan sólo quiere ayudar, sólo busca el bien. Por lo tanto, aquí sí tenemos que armarnos de paciencia y escuchar lo que tiene que decir esta persona. En este caso no podemos ponernos a la defensiva, ni perder los estribos, hay que dejar que la persona termine de hablar para que reine la tranquilidad y a la vez podamos ir asumiendo sus palabras. Todo el mundo puede aprender de todo el mundo, los jóvenes de los mayores y los mayores de los jóvenes. Las críticas bien encajadas nos pueden ayudar a madurar porque nunca se termina de aprender. El siguiente paso es reflexionar profundamente, consultar con la almohada, tomándonos todo el tiempo que sea necesario. Quizá descubramos que la persona que nos ha criticado no tiene ningún tipo de razón, pero eso no es lo que debemos de pensar desde el primer momento, aunque sea nuestra primera reacción. Si tras la reflexión, nos damos cuenta de que hacían la crítica con toda la razón del mundo, es hora de actuar. Hacer autocríticas y corregir la actitud. Pero no martirizarnos. Todo el mundo, absolutamente todo el mundo, puede cometer errores. Para poder encajar bien una crítica hay que ser humildes y ser conscientes de los errores, ser capaces de darnos cuenta que somos humanos y de que todo ser humano es imperfecto. Esa imperfección es precisamente la que hace al ser humano tan interesante. No se puede pretender la perfección, y nadie puede exigir la perfección, porque la perfección no existe. Jenny García.