El desarrollo de la empatía depende mucho de si los padres consiguen sintonizar con las emociones del niño. Cuida las reacciones que tienes frente a las manifestaciones emocionales de tu hijo, tanto si son demasiado débiles como si son demasiado intensas, ya que puedes desencadenar en él confusión y estrés. Para que no te pases, no lo ignores y tampoco lo toleres al extremo. En los primeros años de vida se forma de manera decisiva el mundo emocional. La confianza en uno mismo, el autocontrol, la actitud abierta frente a lo nuevo, la capacidad de empatía, el saber disfrutar del contacto con otras personas son capacidades elementales que los niños van construyendo. El grado de estabilidad en ellos depende de lo bien que los mismos padres sepan manejar sus propias emociones. Resultados de una educación inteligente: -Cuando el niño ha aprendido pronto a manejar bien sus emociones, obtiene mejores resultados en el colegio que otros niños con parecidas capacidades intelectuales. -Hacen amigos con más facilidad - Tienen una relación relajada y franca con todos. - Es menos susceptible a los trastornos de comportamiento y a los problemas escolares..

-Sin tu ayuda, al niño le resultará difícil encontrar los mecanismos adecuados para tranquilizar sus emociones. Bien vale la pena escucharlo y comprender la razón de lo que siente.