
La temporada de calor es ideal para lucir los pies con los calzados más frescos que existen, las sandalias.
Imposible resistirse al encanto de este calzado en sus diferentes modelos: con plataformas, tacón alto, suela baja, en fin, una extensa gama que tiene por común denominador dejar descubierta la mayor parte del pie.
De acuerdo con el dermatólogo Javier Ruiz, usar sandalias deja el pie desprotegido ante las agresiones del medio ambiente como contaminantes, polvo y agua, por lo que la piel que lo cubre puede agrietarse fácilmente, no sólo causando un desagradable aspecto, sino que favorece la aparición de lesiones e infecciones.
Por ello, es necesario echar mano de una crema que hidrate y reestructure la barrera cutánea y añadir algunos cuidados para preservar la salud en ellos.
Rutina de cuidado
• Evitar el uso de calzado sintético (es mejor el calzado de piel, ya que disminuye la humedad) y de preferencia no repetir los mismos zapatos dos días seguidos.
• Exfoliar por lo menos una vez a la semana el pie, para retirar las células muertas y evitar la formación de callosidades.
• Utilizar un hidratante diario para mantenerlos saludables, evita la pérdida de humectación y por lo tanto la aparición de grietas. Se sugiere utilizar una crema a base agua que hidrate intensamente y reestructure la barrera cutánea calmando la piel y protegiéndola de agresiones externas.
• En caso de presentarse grietas se puede tratar con un producto a base de manteca, que aísla la piel para permitirle su regeneración dejándola suave y lisa.
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