En enero de 2010, todos los ojos estaban puestos en Haití. Un terremoto de magnitud 7.0 sacudió la pequeña nación, dejando más de 300,000 muertos, más de dos millones de damnificados y casi todo el país en ruinas. La comunidad internacional se apresuró a ofrecer la ayuda y el alivio durante la crisis inimaginable de Haití. Se informó durante muchos días, el estribillo repetido por cada presentador de televisión, periodista, comentarista, activista y defensor , "Haití es el país más pobre del hemisferio occidental". Cuatro de cada cinco personas viven en la pobreza, esto es cierto. Sin embargo, se prestó poca atención a la forma en como Haití se convirtió en un país asolado por la pobreza. Una combinación de la deuda externa extravagante e injusta, debido principalmente a Francia, y la corrupción política, principalmente entre los regímenes de los Duvalier, han dejado la economía de Haití devastada. Wikileaks, la organización denunciante sin fines de lucro fundada por Julian Assange, en colaboración con la revista The Nation y el haitiano semanario Haití Liberté está publicando una serie de informes basados ​​en documentos desde 1918 y un período de siete años, a partir de 10 meses antes del derrocamiento del presidente Jean-Bertrand Aristide en febrero de 2004, que pone de manifiesto la interferencia de los Estados Unidos en el gobierno de Haití y, esencialmente, la intimidación al presidente René Preval para alinear los intereses de Haití con los de los EE.UU. En 2006, Preval visitó Venezuela con la esperanza de llegar a un acuerdo con Petrocaribe, la empresa petrolera estatal que se ocupa de las únicas entidades estatales, y en orden "para negociar un acuerdo energético para llevar la electricidad a más hogares y salvar a millones pueblo haitiano.

Cuando USA supo de esto, bloqueó el acuerdo durante años, contando entonces con las compañías petroleras estadounidenses Chevron y ExxonMobil al negarse Petrocaribe a transportar el petroleo. Finalmente Chevron firmó la renovación del acuerdo en el 2008, pero después de dos años de negociaciones el nuevo acuerdo sirve de poco beneficio a Haití. Preval también condujo una campaña para aumentar el salario mínimo nacional de Haití en un 150 por ciento - un aumento de 37 centavos (desde 24 centavos a 61 centavos de dólar) por hora El aumento ha tenido un impacto en las empresas estadounidenses, como Hanes y Levi Strauss, con los trabajadores subcontratados de Haití a coser ropa. Se insistió en que el aumento salarial no sea superior a 7 centavos de dólar por hora, mientras que el Embajador de los EE.UU. convenció a Preval a bajar su salario objetivo de US $ 5 por día para los trabajadores textiles a $ 3 por día. !!!!! El aumento de los salarios de dos dólares costaría Hanes cerca de $ 1.6 millones de dólares más en salarios a su personal de 3.200 haitianos. La compañía hizo 221 millones dólares el año pasado en $ 4.3 mil millones en ventas. La ayuda externa no es un modelo sostenible para el crecimiento económico, sobre todo porque los EE.UU. revoca los esfuerzos de Haití para establecer la independencia económica a través de empresas comerciales de sonido y un salario que les ahorrará dinero; mientras que a su vez podría conducir a la construcción de la infraestructura, el pueblo haitiano sufre. En vez de mirar por los intereses de Haití y los millones en pobreza, los EE.UU. ha protegido a sus propios intereses políticos y empresariales. Haití ha experimentado lo que Naomi Klein describe como la "doctrina del choque", en tiempos de desesperación causados ​​por la inestabilidad política y los desastres naturales han dado lugar a la aplicación de las políticas neoliberales, de la economía capitalista que en un principio sonó como si van a beneficiar a la sociedad en conjunto y al levantamiento de la pobreza extrema, pero en la aplicación sólo sirven para llenar los bolsillos de los que ya están en el poder y las empresas extranjeras solo buscan aprovecharse de las naciones afectadas por la pobreza para conseguir mano de obra barata. Una y otra vez, los EE.UU. ha utilizado su influencia como la superpotencia del mundo para explotar la incertidumbre política en Haití y asegurar un refugio seguro para sus corporaciones globales operando de manera que pasan por alto las leyes estadounidenses sobre el trabajo y la equidad. Y porque vemos sólo la línea de fondo en los libros personales de bolsillo, el público estadounidense se vuelve los ojos hacia estas injusticias globales.

Los EE.UU. no quiere que Haití se convierta en otra Cuba o Venezuela, dos países socialistas con las actitudes hostiles hacia los Estados Unidos y los intereses comerciales estadounidenses. Pero para lograr este objetivo, ha impedido que Haití establezca cualquier política económica progresiva que podría ayudar al país a resolver algunos de sus propios problemas de inmediato. Esto es particularmente cruel teniendo en cuenta que a menudo se repite el estribillo de que "Haití es el país más pobre del hemisferio occidental." Simplemente no pueden decir que lo mejores intereses por Haití están en el corazón y al mismo tiempo trabajar con diligencia para garantizar sus propios intereses.