New York, por, Lissette Garcia,

He visto que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu. El necio cruza sus manos y come su misma carne. Más vale un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu. Eclesiastés capitulo 4 versículos 4-6.

Vemos como el sabio Salomón hace referencia a lo que llamamos ambición y la envidia, y no cualquier tipo de ambición, pues es más que claro que quien padece este mal no es un ser feliz y mucho menos completo, también podemos apreciar que estos males han existido desde la creación. Aquel que dedica su vida a solo concentrarse en los bienes materiales, olvidando que esta es un regalo que nos da el creador para hacer de ella una obra digna de su gracia y poder.

Caemos en bajezas como codiciar el esfuerzo de nuestro prójimo, utilizamos y timamos de una manera temeraria a aquellos por los que estamos supuestos a velar y servir, porque no debemos olvidar que Dios nos sirvió y que lo hiso de la manera más dolorosa, “Pues amo tanto Dios al mundo, que dio a su Unigénito, para que todo aquel que en el crea no muera mas tenga vida eterna”, hoy dia vemos con gran tristeza como han surgido un sin número de personas que dicen llamarse Cristianos, olvidan el significado tan sagrado de esta palabra.

Cristiano viene de Cristo, sinónimo de amor, sumisión, humildad y que siendo el Rey de Reyes y Señor de señores prefirió venir a este mundo en forma humana, para sufrir todas las tentaciones y aflicciones que agobian al ser humano, de esta manera nuestro padre generosamente, nos da el regalo de la promesa, pues aun siendo pecadores y débiles tenemos quien hable y defienda nuestras debilidades.

Pero que pasara con aquellos que solo usan su nombre para pasar bien ante la sociedad y de paso conseguir de una manera u otra extorsionar a los hijos de Dios, que se encuentran hoy dia hambrientos de escuchar y sobre todo de sentir que no todo está perdido, olvidan que somos aves de paso, que es mejor comer con tranquilidad un pan y dormir con la conciencia tranquila, y no tratar de engañar en nombre de Dios para llenarse las manos de oro y plata.

Realmente no conocen de Dios, pues en sus promesas hay esperanzas y yo creo firmemente en ellas, no soy quien para juzgar, pues nadie tiene derecho a hacerlo, solo que pido al señor que su misericordia cubra mi casa y a los míos y cuando digo los míos, me refiero a todo el que me rodea, pues no deseo mal para mi prójimo, despierten, recuerden que nadie sabe el dia ni la hora.

Hasta nuestra próxima reflexión y como siempre digo, con que solo a una persona le pueda llegar, me sentiré por bien servida, pues Cristo ha hecho grandes cosas ya por mí. Nunca olvides que al hombre se le engaña pero a Dios quien?, no podrás decir que no sabias, pues dice la palabra que hasta las piedras darán testimonio de él, cuidado a aquellos que andan bendiciendo y declarando sanidades cuando están ellos mismos necesitados de que busquen de corazón y no de boca.

Lissette Garcia

RosasSinEspinas