Los colores que nos rodean afectan nuestro estado de ánimo desde la más temprana edad de acuerdo a estudios realizados por los “cromo terapeutas” , se cree que los bebés se sienten más cómodos rodeados por el rosado ya que este les recuerda el color que les rodeaba en el vientre materno. De igual manera los colores en las distintas áreas de nuestro hogar pueden contribuir en el uso que le damos a cada habitación. Por ejemplo, la sedante sensación que transmiten los tonos azules se recomienda en los sitios de la casa destinados a la relajación como la habitacion. Por el contrario, se cree que el color amarillo estimula la actividad mental y de ahí que sea un color adecuado para aplicarlo en un espacio de trabajo tal como el estudio. El naranja produce una ánimo sociable razón por la cuál se le puede aplicar en lugares de convivencia como la cocina o el comedor. Nuevo tono, mejor ánimo El color tiene un importante papel en la forma que percibimos el espacio; en muchos casos un lugar lleno de colorido es un refugio para aquellos que vivimos rodeados del constante gris del paisaje urbano. Tal vez, a esto se deba el hecho de que las decoraciones contemporáneas, en su mayoría, dan un papel protagónico al color. Así nos encontramos que los interiores contemporáneos pueden presentarse en forma de estancias de una blancura inmaculada que transmiten una sensación de pureza y bienestar. O bien, verdaderas detonaciones de color que mediante armonías y contrastes vuelven a cualquier cuarto un lugar lleno de energía que invita a la acción. Cualquiera que sea la intención, en los interiores el color es una de las bases fundamentales para establecer la atmósfera de cada habitación, no sólo de como deseamos que ésta se vea sino también de como esperamos sentirnos en ella. Definitivamente cada color por sí mismo tiende a crear un ambiente y esto lo hace una importante herramienta decorativa. Arma tu ambiente • Los lugares que cuentan con poca iluminación se benefician de tonos cálidos como amarillos o naranjas. El naranja, por ejemplo, resulta un chispeante estallido de energía que agrega entusiasmo a cualquier espacio. Aplicado en la proporción y tono adecuado se logra un cálido brillo que le da emotividad a cualquier decoración. Si el naranja es muy intenso se puede preveer que este opacará a otros colores que estén en la misma habitación, por el contrario, si se le usa de forma deslavada este resulta translúcido y suave. • Los colores claros sirven crear una sensación de amplitud y luminosidad en el espacio como sucede con los tonos neutros tales como los cremas, marfiles o beiges. Los colores neutros liberan el espacio en la medida de que generan una sensación de limpieza, además de combinar fácilmente con toda paleta. Sin la presencia de un color fuerte los tonos neutros permiten que sobresalgan otros aspectos de la decoración, como las texturas de los materiales, las formas del mobiliario o los detalles de los adornos. • Los colores fríos, como la mayoría de los azules, grises o verdes generan una sensación de frescura. Tomemos como ejemplo el verde, que es por excelencia el color de la naturaleza, una de las grandes ventajas de pintar una habitación con este color es que es muy versátil, combina con facilidad prácticamente con cualquier otro tono. Conjugar varios matices de verde una unidad armoniosa y vital en una misma habitación que resulta relajante y placentera a la vista como sucede en los bosques. Además, el color altera visualmente las dimensiones de un lugar. Interioristas y decoradores saben que el color puede ser uno de sus más poderosos aliados en balancear, ampliar o compactar un espacio. Efecto visual • Es posible acortar una habitación rectangular pintando las paredes más distantes de un color oscuro. O bien, alargan un cuarto cuadrado pintado de tonos oscuros dos paredes enfrentadas • Cuando el techo se pinta en un color más claro que las paredes que lo rodean este da la impresión de más altura y viceversa si el techo es más oscuro que las paredes dará la apariencia de estar más cercano.