Hoy, Día Internacional de la Mujer, no podemos olvidar el esfuerzo de las mujeres que pelearon por reducir las diferencias con los hombres, y debieramos seguir el ejemplo de ese millón de mujeres, que todavia al día de hoy, no vemos cumplidos sus sueños. Las mujeres que salieron a manifestarse el 19 de marzo de 1911 para exigir "derecho al voto, mejores condiciones de trabajo y la posibilidad de ocupar cargos públicos", según informa la ONU, no podrían creer que hoy, 100 años más tarde, todavía no hayamos logrado igualar a los hombres en los puestos de responsabilidad en las empresas, ni tampoco igualar nuestros salarios. Y es que la familia impide a las mujeres convertirse en empresarias emprendedoras La responsabilidad que nos creamos las mujeres para formar una familia es bien diferente a la que se crea un hombre. Estos datos van relacionados con el hecho de que las mujeres necesitamos conciliar nuestra vida laboral con nuestra vida familiar, y para ello asumimos prescindir de puestos de alto nivel. A partir de los 35 años la situación de las mujeres empeora drásticamente, pues tenemos hijos y debemos cuidar de la casa, y como somos conscientes de que es nuestra edad fértil (madres primerizas a partir de los 31 años, según el INE) y vamos a tener que pedir bajas, asumimos que nuestro sueldo debe ser inferior y no peleamos por la igualdad. Y si es difícil trabajar y tener una familia, aún lo es más si las mujeres quieren crear su propia empresa. Los horarios y los salarios casi imposibilitan esta opción, si bien es verdad que las mujeres estamos más preparadas académicamente para formar un centro de trabajo, y somos las favoritas para ser jefas, pero todavía no nos están dando la oportunidad que merecemos. Jenny García.