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Todo sobre el amor

Posted by : jennyenvariedades.com on : Friday, July 16, 2010 0 comments
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La construcción del amor El amor nos provoca los placeres más intensos, pero también los mayores sufrimientos.¿Es posible alcanzar un equilibrio que nos evite el desconsuelo? El ser humano ha nacido para el amor. Pero sabemos poco de él. Es un gran enigma, un misterio que dirige nuestras vidas. Se trata del más alto reto y también el más complicado. Lo buscamos, lo echamos de menos y nos quejamos de su ausencia. De hecho casi todos los sufrimientos están muy relacionados con la percepción de no sentirnos amados. Pero el amor no es innato ni primario. Requiere de un largo aprendizaje en el que el desarrollo psíquico tiene un papel importante. A amar se aprende cuando hemos elaborado y canalizado la relación con nuestro pasado y nos deshacemos de las cuentas pendientes. Es entonces cuando nos hacemos cargo de nuestros deseos más íntimos y disfrutamos una nueva visión del amor basada en el equilibrio. La herencia de nuestras relaciones afectivas La familia es la base en la que se asientan nuestras raíces emocionales. En ella se construye nuestra identidad y el modo en el que nos relacionamos con nosotros mismos y los demás. Aprendemos a amar en familia y también en ella aprendemos a odiar. Cada uno de sus miembros influye en nosotros de diferente modo: 1.- La madre Es el primer amor y un modelo en el resto de las relaciones humanas. La labor materna se asienta en ayudar a crecer para después dejar a los hijos su autonomía. Hay que partir de la base que no existe la madre perfecta. La “suficientemente buena” es aquella que le da a su hijo las muestras afectivas que le permitan desarrollarse armoniosamente. Una madre es mejor o peor dependiendo del espacio que deje a su hijo para que se construya como ser humano más allá de su cuidado y protección. 2.- El padre Se trata de un referente para la construcción de la identidad sexual de los hijos. Su función está más relacionada con la psicología que con la biología, por lo que este papel no tiene por qué ejercerlo el padre biológico. Cuida, protege, otorga reglas y límites, acompaña en el crecimiento, se implica en la educación, hace que los hijos interioricen una moral para no dañarse ni a ellos mismos ni a otros y les respeta para que sean autónomos. Si se lleva a cabo del modo adecuado, los hijos podrán relacionarse con los demás con mayor seguridad y proporcionarles una autoestima firme. Por el contrario, les legará una personalidad inestable. 3.- Los hermanos Se trata de una relación curiosa que se mueve entre la complicidad y la rivalidad; la convivencia y la competitividad; lo común y lo diferente; el amor y el odio... todo dependerá de cómo se desarrolle el vínculo fraterno. Este va construyéndose mediante la lucha por el amor de los padres, lucha que encierra ciertos sentimientos hostiles hacia estos. Si se aceptan estos afectos el hermano puede ser el mejor aliado y el que nos ayude a saber quiénes somos. 4.- Los abuelos Son los cimientos de la familia, los que aportan seguridad y autoestima y perfilan el lugar que su nieto ocupa en el mundo. Su amor es tierno, no pide nada a cambio, es estable y no pone condiciones. El único punto débil de esta relación entre abuelos y nietos es que los primeros pongan en entredicho la autoridad de los padres. El niño debe entender que cada uno tiene su punto de vista y que hay que respetarlo. Los miedos del amor El amor se considera una vía directa hacia la felicidad, pero cuando se ama hay que estar dispuesto a sufrir e incluso a arriesgar nuestra seguridad. De ahí que surja el miedo. Porque el amor no entiende de razonamientos ni de control. Estos son los principales miedos relacionados con este sentimiento: 1.- Al compromiso Para no salir dañados del amor, evitamos acercarnos excesivamente al otro. Este tipo de miedo se produce cuando tenemos ataduras inconscientes que nos impiden comprometernos. Si se quiere huir de estos conflictos internos propios, también se evitará unirse a otro para que no descubra nuestros más recónditos secretos. En ocasiones, este temor se basa en el convencimiento de que si alguien nos conoce en profundidad no nos querrá. Los miedos del amor: abandono, pérdida de intimidad y de libertad 2.- Al abandono Puede partir de una desvalorización personal, sobre todo en el caso de las mujeres, cuando se está madurando la identidad femenina. Al considerarse inferiores a los hombres, creen que ellos piensan lo mismo. Para evitar el abandono y la angustia y el dolor que este causa, es mejor elegir la soledad. 3.- A la invasión de la intimidad Nuestra intimidad está compuesta de recuerdos, sensaciones, sueños por realizar, palabras que alguna vez escuchamos... y se puede tener miedo a compartirla con otra persona. Para no llegar a este sentimiento de temor hay que poner límites a la pareja, después de haber aceptado los nuestros. 4.- A perder la libertad Es la “excusa” perfecta para no comprometerse en una relación amorosa. Es un miedo vinculado a la fantasía de caer en una relación agobiante y oculto en carencias afectivas inconscientes que no dejan crear lazos amorosos sólidos. Una relación de pareja es gratificante cuando posee unas bases sólidas que la hacen crecer: el respeto, la comunicación y la libertad de cada uno. La falta de libertad crea conflictos en la unión. Sufrir por amar: los celos Amar significa sufrir. Pero hay determinados factores que alteran y dañan las relaciones amorosas, hasta el punto de llegar a la separación o la ruptura. 1.- Los celos Es uno de los aspectos que más perjudica las relaciones amorosas. Casi siempre producen sufrimiento. Surgen cuando se tiene miedo a perder a alguien que se quiere. El celoso atormenta a su compañero con reproches y sospechas, acusándole. Esto se debe al bajo concepto que tiene de sí mismo. Si los celos se convierten en algo habitual, minan la confianza en el otro y llegan al terreno de lo patológico. Los hay proyectados, en los que el celoso refleja en su pareja lo que no quiere reconocer en sí mismo; o delirantes donde el celoso busca datos y crea situaciones para seguir alimentando su fantasía sobre la infidelidad. Sufrir por amor: infidelidad y mentira 2.- La infidelidad Se desarrolla en una escena a tres bandas. Resulta curioso pero hay personas que parecen marcadas por un destino amoroso en el que la infidelidad siempre se encuentra presente. La infidelidad recurrente no es una señal de libertad ni de potencia sino todo lo contrario. Pero el que engaña a otro no ejerce su libertad. Lo que ejerce en realidad es la neurosis que le habita. El infiel no sabe que se encuentra encadenado a deseos infantiles que permanecen en su subsconciente y que están estrechamente relacionados con sus padres. No engaña a los demás, se está engañando a sí mismo. 3.- Las mentiras Se miente por miedo y, con frecuencia, por miedo a uno mismo. Pero de las mentiras es muy difícil escabullirse. Por más cuidado que se ponga en ocultar, por ejemplo, una aventura amorosa, esta siempre saldrá a la luz debido al sentimiento de culpa. Una relación de pareja se sostiene si la relación es verdadera. Ha de estar basada en la lealtad hacia uno mismo y por tanto hacia el otro. ¿Existe un elixir mágico que nos devuelva el amor perdido? ¿Qué nos devuelva la ilusión de un nuevo amor? Según la autora una relación de pareja se mantiene en el tiempo cuando: *Se saben superar las crisis que conlleva el amor. Una vez hecho esto, el vínculo amoroso se restablece y la relación cobra mayor serenidad y firmeza. *Existe entendimiento sexual, siendo conscientes que no se puede mantener la pasión de los inicios de la relación. *Si no se pierde la admiración mutua. Nuestra pareja tiene que ser la mejor en algo, por muy insignificante que esto sea. *Alternancia de roles. En ocasiones hay que saber comportarse como niños con el otro, sin que esto conlleve sentirse inferior. *Tenemos la tolerancia suficiente con el otro como para disfrutar de lo que puede aportarnos. La autora y su libro Sobre la autora Isabel Menéndez es psicóloga y psicoanalista. Ha alternado durante más de treinta años la práctica de la clínica con la divulgación de los grandes temas relacionados con el psicoanálisis. Premio periodístico del Colegio de Psicólogos por sus artículos publicados en la revista Dunia, escribe desde su aparición, hace 10 años, la sección de psicología del suplemento semanal Mujer Hoy, que se distribuye con los periódicos del grupo Vocento. Autora de los libros Relatos Clínicos, una antología de textos freudianos (Siruela y Debolsillo); Alimentación emocional, que trata de la relación entre los sentimientos y los trastornos con la comida, ( Grijalbo, Círculo de lectores y Debolsillo), Dejemos hablar al amor (Temas de Hoy) y El equilibrio emocional (Espasa). Isabel Menéndez dirige este libro a aquellos que tienen ciertas inquietudes sobre lo que les pasa en sus relaciones afectivas y quieren aprender a mejorarlas. A los que se preguntan: *¿Es posible amar y odiar a quien más queremos? *¿Podemos amar si no hemos sido amados? *¿Hay personas incapaces de querer? *¿De dónde viene el miedo a amar? *¿Por qué surgen los celos incontrolables? *¿Se debe mentir por amor? *¿Se puede perdonar una infidelidad? Para ilustrar sus ideas la autora recurre a ejemplos y anécdotas que hacen captar la importancia de la psicoterapia para conocer los deseos y poder dirigir bien el barco que nos lleve a una relación sana y satisfactoria.
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